​Una polémica surgió en uno de los condominios de Mirasol, Algarrobo, donde la instalación de hilos de pesca sobre una piscina para ahuyentar a las aves, ha resultado en daños a la fauna local y ha generado un debate sobre la seguridad de estas prácticas en áreas residenciales. 

 Juan Hermosilla, administrador del condominio en cuestión, admitió que los hilos, inicialmente instalados sin las debidas precauciones, ya fueron retirados. 

 En este sentido explicó que el mayordomo encargado de la tarea cometió un error al no colocar las cintas rojas móviles, esenciales para advertir a las aves sobre la presencia de obstáculos. Estas cintas, similares a las utilizadas en otros lugares, cumplen un papel crucial en la seguridad de las aves. 

 Las preocupaciones surgieron debido al riesgo de que las aves quedaran atrapadas en los hilos, y Hermosilla aseguró que dio instrucciones para eliminar esta medida. Sin embargo, ante las solicitudes de propietarios preocupados por episodios anteriores de gaviotas en la piscina, se volvió a instalar el sistema de hilos, esta vez con las cintas rojas colgantes para alertar a las aves. 

 José Luis Brito, experto en fauna silvestre, expresó su preocupación al analizar una fotografía de los hilos instalados. Destacó la dificultad tanto para humanos como para aves de identificar estos cables, lo que representa un riesgo significativo, especialmente en condiciones de poca visibilidad. 

 Brito hizo hincapié en la urgencia de colocar señales visibles a lo largo de los cables para evitar accidentes y garantizar la seguridad de las aves. 

 El debate generado por esta situación destaca la importancia de considerar medidas que no pongan en peligro la vida de las aves y que respeten el entorno natural en áreas residenciales. 

 La seguridad de las aves y la armonía con el entorno natural deben ser prioridades en cualquier medida implementada en comunidades residenciales.