​El miércoles de la pasada semana el joven de iniciales J.P.A.C. fue trasladado hasta el hospital Carlos Van Buren por parte de personal de Carabineros, quien minutos antes debió hacer uso de su armamento contra el joven de 24 años, luego de que éste intentara atropellarlos.

​El mismo día funcionarios de Gendarmería iniciaron la custodia del hombre en el mismo recinto de salud, la que se mantuvo sin novedades hasta este último sábado. Pasadas las nueve de la noche y mientras se le efectuaba un registro de rutina se logró descubrir un teléfono celular, el que mantenía escondido entre las sábanas.

​Labor de inteligencia penitenciaria permitió mantener razones fundadas de un posible intento de rescate del imputado o la entrega de llaves de esposa para que tratase de fugarse desde el hospital porteño.

​El director regional de Gendarmería, coronel José Luis Meza, sostuvo que “personal de servicio de custodia, en el Hospital Carlos Van Buren, estaba bajo la custodia de un interno. Por protocolo los funcionarios tiene que estar revisando continuamente a las personas que están custodiando y se le pudo requisar un teléfono celular a uno de estos pacientes”.

​El coronel Meza agregó que de inmediato se reforzó la seguridad, ordenando aumentar la cantidad de gendarmes encargados de la vigilancia del imputado, además de informar a los guardias del nosocomio.

​Gendarmería informó de todo lo sucedido al Ministerio Público, el que ordenó las diligencias a seguir. Además, desde el Servicio se inició una investigación interna para esclarecer como el hombre accedió al aparato móvil.