​Este verano, las playas de Santo Domingo se visten de inclusividad y accesibilidad gracias al ambicioso proyecto impulsado por la Municipalidad en colaboración con la Dirección de Salud de la comuna. Un plan que no solo embellece las cuatro playas habilitadas, sino que también refleja un compromiso genuino con la diversidad y la igualdad. Las arenas de Las Salinas, Sur, Norte y Marbella han sido testigos de una transformación notable. 

El municipio ha dado un paso adelante en términos de infraestructura y servicios, con un enfoque especial en la comodidad y la participación de personas en condición de discapacidad, adultos mayores y aquellos con movilidad reducida. 

 En Marbella, la joya de las playas de la Comuna Parque el proyecto alcanza su máximo esplendor. La Dirección de Salud ha desplegado un equipo dedicado, compuesto por un kinesiólogo, un monitor y un coordinador, para atender las necesidades específicas de aquellos que requieren asistencia especial. Una iniciativa que no solo es un paso adelante en términos de servicios, sino también un gesto que destaca la importancia de la salud y el bienestar para todos.

​En el corazón de estas mejoras se encuentran las rampas y pasarelas con suaves pendientes, facilitando el acceso a la playa para aquellos que utilizan sillas de ruedas o tienen dificultades para desplazarse. Se han mejorado las señales reglamentarias y se han creado áreas con sombra estratégicamente ubicadas, brindando lugares de descanso para quienes lo necesiten.

​Para garantizar una experiencia cómoda, la Municipalidad ha incorporado baños y duchas accesibles, marcando un cambio significativo en la infraestructura playera. Además, el número de estacionamientos reservados se ha multiplicado, pasando de 10 en la temporada anterior a 37 en el presente verano.

 Atender las necesidades de las personas en condición de discapacidad no solo es un acto de justicia, sino una mejora tangible en la calidad de vida. Participar en actividades al aire libre, disfrutar de un entorno natural y experimentar un bienestar general se convierten en posibilidades reales gracias a este proyecto. 

 En Santo Domingo, este verano no es solo sol y playa; es un cálido abrazo de inclusividad, donde cada huella en la arena marca el camino hacia un futuro más accesible y equitativo.

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