Carlos Osandón, de más de 70 años de edad, fue trasplantado de corazón hace 19 años. Tiene tres hijos, el menor apenas tenía cuatro años cuando, como él dice, su vida dio un giro completo. Tengo una nueva vida, soy alguien nuevo, he tenido más oportunidades en la vida, gracias a Dios, a los doctores y a todo el equipo que hay detrás, porque hay mucha gente que uno nunca nombra. Cuando me trasplantaron, mi hijo menor tenía cuatro años y mi hija mayor 18, ahora todos han crecido. Incluso tengo una nieta de siete años, algo que pude disfrutar gracias a Dios”. Carlos fue uno de los asistentes al conversatorio “Una nueva vida gracias a la donación de órganos”, realizado en el Hospital Dr. Gustavo Fricke con motivo del Día Mundial de los Trasplantados. Allí relató su historia y se reencontró con antiguos compañeros de camino, como Yasna Tapia, de La Serena, a quien conoció en 2006 cuando ella recibió también un trasplante de corazón. En este sentido, Yasna contó que “me trasplantaron el 25 de junio, que es justo el día de mi cumpleaños, y llevo 19 años con este nuevo corazón. Fue como un obsequio. La familia del donante tuvo la valentía de tomar la decisión en un momento duro, y eso me permitió ver crecer a mis hijos, desarrollarme como mujer, retomar mi vida laboral y fortalecer mis lazos familiares”. Al igual que ellos, otros 20 trasplantados participaron en la ceremonia organizada por el equipo de Procura y Trasplante renal y cardíaco del hospital, que desde hace tiempo quería reunir a sus pacientes para que pudieran escucharse, compartir anécdotas y contar sus vivencias. Fue una actividad que refleja el compromiso con la humanización de la atención en salud, según destacó Paulina Espinoza, enfermera coordinadora de Trasplante Cardíaco. “Hacía tiempo que teníamos ganas de volver a juntar a nuestros pacientes. Antes se hacían actividades de este tipo y queríamos retomarlas. Hoy logramos que se encontraran y contaran sus historias, tanto ellos como sus familias, lo que nos llena de alegría. Además, permite visibilizar el trabajo enorme que hay detrás de un trasplante y una procura, no solo de nuestro equipo de enfermería o de cardiología y nefrología, sino de todo el esfuerzo de un hospital entero o de varios centros involucrados”, explicó la enfermera coordinadora de Trasplante Cardíaco . Katherine Campos, enfermera coordinadora de trasplante renal, valoró la buena recepción de la actividad, que esperan repetir: “Tenemos muchos pacientes trasplantados y vivimos con ellos cada etapa del proceso, antes, durante y después. Por eso realizamos este encuentro, para que se conocieran y pudieran contar cómo el trasplante transformó su calidad de vida, su desempeño laboral, e incluso sus actividades deportivas. Este año llevamos cinco trasplantes, el año pasado fueron doce, y queremos seguir dando nuevas oportunidades de vida”. Por último, la subdirectora médica, Tatiana Aldunate, quien integró por varios años el equipo de trasplante renal, comentó: “No solo es el paciente el que recupera su calidad de vida, también para nosotros como profesionales es una alegría ver que nuestra labor ayuda a que una familia pueda volver a abrazar a ese ser querido. Ver que después del trasplante pueden conocer a sus nietos, volver a subirse a una moto o jugar fútbol y ganar, eso nos hace sentir que cumplimos la misión”. Hasta ahora, el hospital ha efectuado 40 trasplantes renales y 142 de corazón, siendo referente de trasplantes cardíacos para la zona norte del país. Desde 2010, la ley establece que todas las personas mayores de 18 años son donantes por defecto, salvo que en vida hayan manifestado su negativa en una notaría.
Carlos Osandón, de más de 70 años de edad, fue trasplantado de corazón hace 19 años. Tiene tres hijos, el menor apenas tenía cuatro años cuando, como él dice, su vida dio un giro completo. Tengo una nueva vida, soy alguien nuevo, he tenido más oportunidades en la vida, gracias a Dios, a los doctores y a todo el equipo que hay detrás, porque hay mucha gente que uno nunca nombra. Cuando me trasplantaron, mi hijo menor tenía cuatro años y mi hija mayor 18, ahora todos han crecido. Incluso tengo una nieta de siete años, algo que pude disfrutar gracias a Dios”. Carlos fue uno de los asistentes al conversatorio “Una nueva vida gracias a la donación de órganos”, realizado en el Hospital Dr. Gustavo Fricke con motivo del Día Mundial de los Trasplantados. Allí relató su historia y se reencontró con antiguos compañeros de camino, como Yasna Tapia, de La Serena, a quien conoció en 2006 cuando ella recibió también un trasplante de corazón. En este sentido, Yasna contó que “me trasplantaron el 25 de junio, que es justo el día de mi cumpleaños, y llevo 19 años con este nuevo corazón. Fue como un obsequio. La familia del donante tuvo la valentía de tomar la decisión en un momento duro, y eso me permitió ver crecer a mis hijos, desarrollarme como mujer, retomar mi vida laboral y fortalecer mis lazos familiares”. Al igual que ellos, otros 20 trasplantados participaron en la ceremonia organizada por el equipo de Procura y Trasplante renal y cardíaco del hospital, que desde hace tiempo quería reunir a sus pacientes para que pudieran escucharse, compartir anécdotas y contar sus vivencias. Fue una actividad que refleja el compromiso con la humanización de la atención en salud, según destacó Paulina Espinoza, enfermera coordinadora de Trasplante Cardíaco. “Hacía tiempo que teníamos ganas de volver a juntar a nuestros pacientes. Antes se hacían actividades de este tipo y queríamos retomarlas. Hoy logramos que se encontraran y contaran sus historias, tanto ellos como sus familias, lo que nos llena de alegría. Además, permite visibilizar el trabajo enorme que hay detrás de un trasplante y una procura, no solo de nuestro equipo de enfermería o de cardiología y nefrología, sino de todo el esfuerzo de un hospital entero o de varios centros involucrados”, explicó la enfermera coordinadora de Trasplante Cardíaco . Katherine Campos, enfermera coordinadora de trasplante renal, valoró la buena recepción de la actividad, que esperan repetir: “Tenemos muchos pacientes trasplantados y vivimos con ellos cada etapa del proceso, antes, durante y después. Por eso realizamos este encuentro, para que se conocieran y pudieran contar cómo el trasplante transformó su calidad de vida, su desempeño laboral, e incluso sus actividades deportivas. Este año llevamos cinco trasplantes, el año pasado fueron doce, y queremos seguir dando nuevas oportunidades de vida”. Por último, la subdirectora médica, Tatiana Aldunate, quien integró por varios años el equipo de trasplante renal, comentó: “No solo es el paciente el que recupera su calidad de vida, también para nosotros como profesionales es una alegría ver que nuestra labor ayuda a que una familia pueda volver a abrazar a ese ser querido. Ver que después del trasplante pueden conocer a sus nietos, volver a subirse a una moto o jugar fútbol y ganar, eso nos hace sentir que cumplimos la misión”. Hasta ahora, el hospital ha efectuado 40 trasplantes renales y 142 de corazón, siendo referente de trasplantes cardíacos para la zona norte del país. Desde 2010, la ley establece que todas las personas mayores de 18 años son donantes por defecto, salvo que en vida hayan manifestado su negativa en una notaría.