11 de mayo de 2022
Como Fiona llamaron al fósil descubierto por la paleontóloga magallánica Judith Pardo Pérez e investigadora del Centro de Investigación GAIA Antártica de la Universidad de Magallanes, la cual es una ictosauria que mide cuatro metros.
Los restos encontrados en la excavación fueron llevados al laboratorio de paleontología del Museo de Historia Natural de Río Seco, en Punta Arenas, donde quedó almacenado temporalmente, para su posterior exhibición.
En total fueron 31 días intensos, entre marzo y abril de este año, en la zona del Glaciar Tyndall, en la Patagonia chilena, para el equipo científico que lideró la paleontóloga Judith Pardo Pérez, debido a las condiciones climáticas extremas.
Finalmente, y tras diez años de trabajo, fue desenterrada “Fiona”, el fósil completo de una ictiosauria adulta con sus embriones intactos.
A este sorprendente hallazgo se suman 23 nuevos especímenes, lo que significa que hay casi cien ejemplares en el sector del Glaciar Tyndall, en la Región de Magallanes. Este según Pardo sería el depósito de ictiosaurios de edad cretácica temprana más abundante y mejor conservado del planeta.
“Los resultados de la expedición cumplieron con todas las expectativas, y aún más de las que se esperaba”, afirmó Pardo, precisando que de estos registros fósiles “esperamos obtener resultados sobre la diversidad, disparidad y paleobiología de los ictiosaurios de la localidad del Glaciar Tyndall, establecer grados de madurez ósea y nichos ecológicos para evaluar posibles transiciones dietarias ocurridas a lo largo de su evolución y que podrían ayudar a establecer conexiones paleobiogeográficas con ictiosaurios de otras latitudes”.