​El corazón de la comunidad del cerro Placilla de San Antonio late con un profundo pesar por la despedida de uno de sus pilares más queridos, Segundo Arnoldo Salazar Villavicencio, un hombre que dejó huella en la historia de San Antonio.

​Segundo Salazar, falleció ayer a los 87 años, en el hospital Claudio Vicuña, donde estaba internado desde hace poco más de un mes, luego de sufrir una severa caída que la causó fracturas múltiples en su cadera derecha, condición que deterioró su salud de manera irreversible.

​El placillano dejó este mundo para emprender su último viaje, rodeado del amor de su familia y el respeto de toda una comunidad.

​Hijo del histórico cerro Placilla, donde trabajó por décadas como matarife en el matadero de la calle Lautaro, su vida estuvo marcada por una dedicación incansable a todo lo que amaba y a quienes le rodeaban.

​Pero su legado va más allá de sus logros profesionales y deportivos; Segundo Arnoldo fue un hombre que amó con una fuerza inigualable a su familia y que, a su vez, fue amado por toda una comunidad. Su partida deja un vacío imposible de llenar, pero también nos regala la certeza de que su espíritu vivirá en cada sonrisa que ilumine nuestro pueblo y en cada gesto de bondad que florezca en nuestros corazones.

​Los funerales de Segundo Salazar Villavicencio se realizarán por la mañana de este viernes y luego de un oficio religioso, cuyo horario está por confirmar, el querido placillano a quien le sobreviven sus hijos Macarena y Mauricio y sus nietas Simone y Safi, será despedido en el cementerio parroquial de San Antonio.

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