San Antonio: Calle Brockman de Barrancas en pie de guerra contra amenaza de matorrales y delincuencia

​Los vecinos de la tranquila calle Brockman, en el sector de Barrancas, han estado viviendo una pesadilla que, hasta hace poco, solo era una preocupación creciente. Las intensas lluvias del invierno pasado dejaron su huella en esta comunidad, permitiendo que los matorrales crecieran desmesuradamente, convirtiéndose en un escondite perfecto para delincuentes. El último incidente, un aterrador asalto, ha hecho que los residentes se unan en un llamado urgente a las autoridades locales.

​Alejandro Alvarado, un trabajador sanantonino residente en el número 2167 de la calle Brockman, se convirtió en la víctima más reciente de esta problemática. Su rutina matutina se vio interrumpida por un desagradable encuentro en los matorrales cuando, a las 7:15 de la mañana, un delincuente saltó de entre los arbustos para robarle todas sus pertenencias, incluido su celular.

"Me asaltaron en esos matorrales cuando iba a mi trabajo. Resulta que hablé con un concejal y me dijo que iban a resolver el problema de estas matas que están creciendo mucho porque ya están más arriba que las rejas de las casas. Entonces, no sabemos qué más tiene que pasar porque hay unas matas que están más allá de los frentes, esos matorrales tienen la altura de una persona", relató Alvarado con preocupación.

​El presidente de la junta de vecinos del sector, César Vásquez, confirmó el creciente problema de maleza en la calle Brockman y su influencia en la delincuencia. "Es verdad que esos matorrales se han transformado en un problema porque ahí en la esquina están pasando de la altura de la reja de una casa y puede pasar lo que contó el vecino, que los delincuentes se escondan entre ellos para atacar a la gente".

​Pero la situación no se limita solo a los matorrales. Vásquez señaló la falta de iluminación y veredas en la calle como otro factor que agrava la inseguridad. "Toda esa pasada está mala, ahora con estos matorrales que son un peligro a cualquier hora y de noche es peor, porque tenemos dos focos de los postes que alumbran hacia la calle donde pasan los autos, pero aquí donde transita la gente es totalmente oscuro".

​La comunidad, cansada de esperar, clama por una solución inmediata. Alejandro Alvarado expresó su frustración diciendo: "Es urgente que quien corresponda se haga cargo de esta situación. Yo pienso que es el municipio y por eso hablé con uno de los concejales que dijo que iban a ver este tema, pero no ha pasado nada. A mí ya me quitaron mis cosas; mañana puede ser alguna vecina, podría pasar algo todavía más grave, entonces uno se pregunta qué tiene que pasar para que una cosa como esta se resuelva".

​Los vecinos de la calle Brockman esperan ansiosos que sus llamados sean escuchados y que los matorrales sean erradicados, para que esta vía deje de ser un refugio para los delincuentes. La seguridad y la calidad de vida de esta comunidad dependen de ello. La pregunta que queda en el aire es si las autoridades tomarán medidas antes de que ocurra un incidente más grave.

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